"Sólo necesitamos conectar la fisicalidad a la esencia espiritual que somos"

miércoles, 31 de marzo de 2010

martes, 30 de marzo de 2010


"SI ME PERMITES, UN CONSEJILLO..."

"Pont de Cal Sec". Acuarela 25x35


La Existencia siempre me lleva, nos lleva, a donde a ella le parece bien, donde le parece más adecuado, oportuno, o, sencillamente, hay más "vía libre" en ese momento...

Hoy me ha llevado a visitar a Victoria (un beso, amiga!) y me he encontrado con "ciertos garbanzos solitarios en un plato de lentejas", por lo que me he animado, después de hacerle el comentario, a escribir este post.

Ya sé que, fuera de contexto, lo de los "garbanzos" no queda claro, pero "dentro del plato" coge todo su amplio sentido, y sobre todo, porque según se dice allí, "cada día hay más garbanzos y comienzan a formar un buen plato"!

Estamos hablando, por supuesto, de cierto desánimo que caracteriza nuestro tiempo actual...; de cierta insatisfacción que domina nuestros días...; de sentirnos diferentes, incapaces...; a veces rabiosos, alterados, en pleno rebote...; con nuestro inconsciente aflorando por sorpresa...; con el peso del pasado que se nos echa encima sin previo aviso...; a veces no aptos para llevar una vida un tanto armónica con el tiempo que nos ha tocado vivir, con las exigencias del guión!

Se nos prometen tantos tiempos hermosos,
tanta elevación de conciencia...
y nosotr@s aquí, sin poder volar,
arrastrándonos aún como orugas!...

Como la Tierra, esperamos podernos desperezar,
despertándonos del largo sueño...

El alma anhela, aspira...
y nosotr@s escuchamos sus susurros,
aún con los miembros agarrotados,
sin respondernos...


Pues bien, ahí va el comentario que he dejado, y que deseo compartir con tod@s aquell@s a quienes les llegue el mensaje, pues eso será lo adecuado:


Me daba pie, para que se entienda,
un deseo lanzado entre suspiros:

"Bien, de acuerdo, sé que el invierno es necesario para que florezca la primavera,
pero se hace tan largo....
Yo quiero que llegue ya mi primavera."

Y, a continuación mi comentario, que amplío y que, repito, hago extensible...


Me permites un consejillo de tú a tú?...
Un consejillo que a mí me ha ido bien?...

Comienza a CREERTE que ya ha llegado tu primavera!

Engalánate de flores, de sonrisas,
de arco iris,
de luz multicolor...
Abre bien los ojos a la luz y los colores
que la Madre Tierra te trae,
la nariz a los aromas,
los oídos a su música
y a la que vierte a través de las voces que te llegan...
RECUERDA que eres UNO con todo ello...
y que la Vida está esperando, tan sólo,
que te creas que todo ya ha llegado...
...para CREARLO!

Ah! y... sobre todo... CREE Y CREA que lo mereces!

Sonríele a la Vida, y verás que no tarda nada
en devolverte la sonrisa!


Tenemos que dejar de ser tímidos, de continuar dormidos ante la exuberancia de la Vida, que nos grita a los cuatro vientos:
"¡despierta, empondérate, no esperes que te lo den todo hecho mientras te quedas en tu zona de confort maldiciendo tu suerte y gritando "qué he hecho yo para merecer esto?", deja de sentirte una víctima... porque todo ello, no está más que en tu mente!"

Tú creas tu "realidad" impermanente, cambiante, caprichosa, ilusoria... proyectas en la pantalla todo lo que tu filtro mental permite, todo dentro de tu sistema de creencias, de tus ideas, de tus principios, de tus temores... de todo lo que no es intrínsecamente "tuyo", sino heredado de tu entorno... y aún lo que sí puede ser genéticamente "tuyo", es limitante...

Pues bien, el primer paso para salir de ahí, para poder emprender el vuelo, es darte cuenta de todas esas limitaciones.
A la luz de la conciencia, todo se vuelve fácil.

Y, a partir de ahí, nuestro deber y derecho (como Darío Lostado nos dice... os recomiendo el nuevo blog que Guillem acaba de crear para él: http://alegriadesertumismo.blogspot.com/) es ser feliz, despertar al gozo y al amor, y, para ello, es importante y vital "allanar el camino", re-educar nuestra mente, sacarla del victimismo, de las fauces del ego... para convertirla en nuestra aliada, al servicio del Ser.

Por qué no comenzar a fijarnos más en lo que Somos y ya tenemos, que en nuestras carencias personales, que sólo pertenecen a ese mundo ilusorio y efimero?

Por qué no agradecerle a la Vida todos sus presentes, el haberse prestado a este Juego Divino, por el que experimentamos, aprendemos, evolucionamos?

Reivindica, pues, el co-creador que eres, desde la Conciencia Pura, desde el ser humano/divino que eres, desde el personaje que se presta a este juego?

Vamos! Juega de manera divertida, respetuosa,
sintiéndote el Ser Uno con Todo!
Vive en un canto y una danza constantes!

Vive en una eterna primavera, sin olvidar que, REALMENTE, eres vacuidad...

Te lo digo a tí, y a todos los seres luminosos que, como tú, creen ser garbanzos...

Disculpa mi atrevimiento, amig@ del alma, pero he sentido que debía hablarte así...

Un enorme abrazo de amor!

Joy


lunes, 29 de marzo de 2010


PSICOLOGIA Y RELIGIÓN EN LA PELÍCULA "AVATAR"
"LO QUE LOS OJOS NO VEN"

Fotografía de Joy

Inspirándome en el último y precioso post de Tati Galiano, y disfrutando de un maravilloso paseo, me encontré con unas integraciones de "azul" en la naturaleza, que me llevaron a fotografiarlas.
Y hoy, al leer el artículo que os presento, me ha venido a la cabeza el incluir una de las fotos, como acompañamiento de este estupendo estudio del Dr. Salvador Harguindey, Director del Instituto de Biología Clínica, Oncología Médica y Endocrinología, así como Miembro de las Sociedades Norteamericana y Española de Psicología Transpersonal.
Personalmente, "Avatar", esta gran película que fui a ver dos veces, me fascinó, por su sabiduría, por su respeto por el entorno,
por reflejar la Unidad subyacente...
En ese "Yo te veo", en esa comunión con el Todo
se refleja tanta grandeza!...
Por ello me apetece compartir con vosotr@s "Lo que los ojos no ven".
A pesar de ser un poco extenso, para mí ha valido la pena.
Espero que os guste.
Con mucho cariño
Namasté

Indudables son los méritos estéticos, los valores éticos de una visión naturista-ecológica y los efectos emocionales y sociológicos que está produciendo el fenómeno cinematográfico “Avatar” a lo largo y ancho de este planeta. Sin embargo, la profunda simbología, el trasfondo psicológico y las connotaciones religioso-espirituales de la película merecen consideración aparte. Por lo tanto, tratemos ahora de ver en Avatar “lo que no se puede ver con los ojos”. En otras palabras, ese “Yo te veo” interiorizado y espiritualizado de la película de James Cameron.

El concepto original de la palabra “Avatar”, proveniente de la literatura mitológica hindú, se refiere a la reencarnación de Dios en una divinidad que posee el poder de la luz, la iluminación espiritual. Así, cada Avatar es una manifestación de la Divinidad, un elegido, una reencarnación y descenso de una deidad sobre la tierra. En esta película, uno que sobre la tierra de los místicos bosques del planeta Pandora corre descalzo hacia lo desconocido. La palabra o concepto de “Avatar” también se utiliza para referirse a encarnaciones de Dios en maestros muy influyentes de otras religiones aparte del hinduismo, como cuando se trata de explicar personajes como Cristo.

“Avatar” representa principalmente un “viaje iniciático”, es decir, la historia de una experiencia profunda en la que un individuo se encuentra en situaciones hostiles que harán que su personalidad cambie después de que toma conciencia de sí mismo, de la realidad externa o de poseer una importante misión en la vida. A lo largo de dicho viaje su carácter y espíritu se van modificando logrando una mejora en su persona después de lograr superar una serie de situaciones casi imposibles de superar humanamente. Este tipo de experiencias, físicas pero sobre todo psíquicas y anímicas, una vez superadas, harán que el personaje logre concluir su misión a la vez que completa un proceso de transformación de su conciencia. El término hace asimismo referencia a aquel viaje que conduce al individuo a la iniciación espiritual, lo que hace que estos viajes siempre tengan un horizonte, una meta, estando sus etapas bien delimitadas a través de diversos ritos de pasaje de creciente dificultad. Una tercera acepción de este concepto lo define como un viaje de conocimiento, en el que una persona desconoce, ya sea bien algún lugar hasta entonces inexplorado a una más amplia perspectiva o significado de la vida, y a través de un viaje iniciático lo descubre. Es un viaje sólo para héroes, sean reales o ficticios.

La crisis de la transformación de la conciencia del soldado Jake Sully en “Avatar”, evolucionando desde la de un marine parapléjico hasta convertirse en el Avatar de una nueva era para el pueblo Na’vi, constituye el proceso seguido por todo viaje iniciático. Sin embargo, este sistemáticamente conlleva y exige una necesaria y dolorosa caída en una profunda crisis, hasta cierto punto chamánica, con sus conocidos estadios de ruptura, caída, separación, soledad, lucha, regreso, superación y ascenso hasta llegar al éxtasis, triunfo y trascendencia final. Lo que a pesar de todo en ocasiones acaba en la muerte del héroe o personaje en cuestión. Casi lo primero que hay que hacer es acopio de valor para adentrarse, físicamente y sobre todo a nivel de la conciencia en la peligrosa selva de lo desconocido. Por eso una de las primeras cosas que la princesa Neytiri le dice al clon avatar de Jake es:“Tú no tienes miedo. Sígueme.” Palabras con las que da a entender que Jake ha superado esa segunda prueba, la superación del miedo, y está en condiciones de proseguir adentrándose en la jungla de su propio viaje iniciático, que es, físicamente, lo que hace: jugarse la vida siguiendo a Neytiri y sus peligrosas correrías en la selva y precipicios que la rodean.

Dicho proceso iniciático recuerda la estructura de otros grandes episodios épicos de la literatura universal que siguen esa misma dinámica psicológica, tales como el Ulises de Homero, el Paraíso Perdido de Milton, el Fausto de Goethe, el Hamlet de Shakespeare, la Divina Comedia de Dante, etc. Y como sabemos que “ninguna crisis se supera al mismo nivel que se originó”, según dijo Einstein, una vez que el clon Jake es expulsado del pueblo Na’vi, ello le obligará a presentarse de nuevo ante él y ante su amada Neytiri desde una posición espiritual más elevada que la anterior que le permita recuperar la antigua credibilidad ahora perdida. Para ello ha de domeñar al “Gran Dragón escarlata”, otro sinónimo bíblico del Diablo, del que, por si fuera poco, se nos dice que representa “la última sombra”. Después de someterlo/la, Jake retorna, sin sombra alguna ya, como espíritu iluminado y alma pura, ante el clan de los Omitacaya, que inmediatamente le reconocen y veneran como su Avatar y redentor.

Mientras, la confrontación, lucha y guerra en “Avatar”surge inevitablemente del cortacircuito que estalla entre dos estadios de la conciencia cuya interacción ha teñido de sangre la faz de la tierra al menos desde hace veinte siglos. El primero es el estadio III, o llamado del “ego”, con sus valores autoritarios y patriarcales: ego-céntricos, egó-latras, ego-ístas, megalómanos y narcisistas. Este estadio es el que conforma el nivel evolutivo de la conciencia de las violentas religiones dualistas y oficiales de Occidente que han originad tanta crueldad humana (cristianismo /catolicismo medieval, judaísmo e Islam), siendo el nivel de conciencia, individual y global, que caracteriza a la inmensa mayoría de una civilización (?) cada vez más incivilizada. Desde una perspectiva religiosa, este nivel de la conciencia humana,“meme”, estadio III, o personal, egoico, dualista y convencional, exige la existencia de un concepto de Dios asimismo personal y antropomórfico, un ente separado y trascendente que premia a los buenos y castiga a los malos, poseedor además de una voluntad paralela a la de los hombres. Concepto éste que el mismo Einstein denostó como infantil, incomprensible e inaceptable, y cuya creación en la mente humana a consecuencia del miedo probablemente, al menos si analizamos las consecuencias, ha constituido el mayor dislate de toda la historia de la humanidad, originando y siendo la causa primordial de la mayoría, si no todas, sus guerras a lo largo y ancho de la historia de este sangriento planeta.

En “Avatar” este estadio de conciencia lo representan, en terminología Na’vi, unos invasores llamados “demonios venidos del cielo”, que ahora campan y acampan a sus anchas en una base militar norteamericana situada en un satélite del planeta Polifemo llamado Pandora. La razón: un material precioso (valorado en 20 millones de dólares el kilo, casi nada), conocido como el“unobtanium” (del inglés “unobtainable”, o sea, algo difícil o imposible de conseguir), cual paralelismo del tristemente famoso “coltán”. De este tesoro escondido debajo del Árbol Madre, hogar del clan Omitacaya de la raza Na’vi, se ha dicho que representa una clara referencia a la ambición norteamericana por el petróleo ajeno que motivó la guerra de Irak. Para apropiarse del precioso mineral, el rudo e insensible jefe se seguridad de la base, el coronel Quaritch, cual nuevo bárbaro y primitivo salvaje siempre dispuesto y deseoso de poder llevar a cabo las actuaciones más crueles y violentas posibles, justifica una guerra que sucede cuando alguien tiene algo que tú quieres y se niega a dártelo y que“al terror se le responde con el terror”. Como evidente alter-ego o reencarnación psicológica del infame teócrata George Bush, el personaje de Quaritch nos recuerda demasiado, lamentablemente, a su patético antecesor en la vida real.

Muy al contrario, la civilización de humanoides Na’vi del planeta Pandora, nos confunde, afortunadamente, ya que siéndonos inicialmente presentados como una tribu de salvajes primitivos e indiferenciados, nos muestran por el contrario una actitud vital y religiosa mucho más espiritual, ecológica, elevada, compasiva e integrada en la vida y en la naturaleza (estadio IV, adualista, transpersonal, supraegoico y postconvencional), propia de una conciencia individual y global más evolucionada y ascendida, a la vez que portadora de claras reminiscencias jainistas, pero sobre todo budistas, donde incluso a los animales se le otorga un espíritu cuando, refiriéndose a un animal cazado y muerto por necesidad, el clon Na’vi de Jake dice: “Ahora su espíritu está con Aiwa. Su cuerpo formará parte del pueblo”. Para añadir Neytiri:“Una muerte limpia. Ahora estás preparado”. Palabras con las que da a entender que Jake ha superado la prueba de pureza y está en condiciones de acceder al inicio de un viaje iniciático.

A este estadio superior de la religiosidad se le conoce como “panenteísmo místico”, término que expresa que “toda la Naturaleza está viva e integrada en Dios, o en la Diosa”, sin dualismo alguno ni separación en el tiempo ni en el espacio. Hay que aclarar que “pan-en-teísmo” (significa: toda la naturaleza-en-Dios) es un concepto muy diferente de un “pan-teísmo” ateo puro y duro, que defiende que “la totalidad de la naturaleza es Dios”. El Dios del panenteísmo es el creador y la energía vital del universo, así como la fuente de la ley natural. La religiosidad Na’vi se mueve a ese nivel, lo que Goethe denominó “La Religión de la Naturaleza”, siguiendo a su vez la terminología del filósofo Espinoza para definir el estado más elevado posible de sentimiento religioso. Un estadio que se halla un escalón, ¡y vaya escalón!, por encima del de toda religión monoteísta y oficial de cualquier Iglesia ortodoxa, todas presas y estancadas hasta el día de hoy en el dualismo más feroz (ver: Goethe, en: “Conversaciones con Eckermann”, 11 de marzo de 1832). Incluso Einstein dijo que esta integración entre cuerpo-mente-espíritu constituye la única religión posible, el estadio más elevado y evolucionado del espíritu, así como la única esperanza racional a tanto desvarío evolutivo. Más recientemente, un concepto paralelo denominado “espiritualidad integral” ha sido acuñado por el filósofo norteamericano Ken Wilber, quien a su vez coincide en que si hay una razón para la existencia de la religión, o de las religiones, es la de ayudar a los seres humanos a evolucionar a través de sus conciencias en orden a conseguir ascender en espíritu a los niveles más elevados posibles hasta llegar a la unidad indivisible con una Divinidad inmanente-trascendente (como enseñan las cosmovisiones espirituales más pacíficas y pacificadoras de las religiones no-dualistas, tales como el Hinduismo, Budismo, Taoísmo, Advaita Vedanta, aparte de Plotino, Espinoza, Schopenhauer, Panikkar, San Juan de la Cruz, e incluso ese “Dios y yo somos uno” de Jesús de Nazaret, etc.). Y es que “nuestro enemigo es el dualismo”, ha aseverado certeramente Raimon Panikkar.

Ciertos conceptos de la Psicología Transpersonal ayudan a una interpretación simbólica más profunda desde la escena inicial entre el clon de Jake y el caballo pandoriano, que al principio derriba a su montura, o mejor sería decir, a su “montura y a su ego”, tal como a un nuevo Pablo de Tarso camino de Damasco. Algo similar sucede en la doma de ese gran pajarraco que lo elegirá a él para que sólo Jake pueda montarlo el resto de su vida. Pero Neytiri le avisa que antes de permitir montarle y domarlo “tratará de matarte”. ¿Y que es eso que llevamos encima los seres humanos durante toda la vida y que intenta matarnos, esa fiera que debemos primero domar y luego superar y trascender? …El maldito ego. Una vez superada esa nueva prueba iniciática y rito de paso, la unión final de caballo y hombre, en cuerpo y mente, conformará el “Centauro”, o lo que es lo mismo dos seres en uno ya para siempre, sin separación alguna ni restos de dualismo. Precisamente, dicho nivel de la conciencia no-dual, o adual, ha sido denominado “centáurico” por Ken Wilber, ya que existe “más allá del ego” propio, y definido por el mismo Wilber como “el gran nivel de la integración de la mente, el cuerpo y las emociones en una unidad del más elevado orden, una ‘totalidad profunda’”. Es ese momento crucial de salto psíquico y superación de la crisis personal/transpersonal lo que lleva a Pablo de Tarso, ahora más comprensiblemente, a decir: “Ya no soy yo sino Cristo que vive en mí”. Paralelamente, Jake Sully ya no es el Jake anterior sino que desde ese momento ha comenzado la transferencia de su ser y personalidad al Avatar Na’vi que vive en él y en el que él vive, y al que por su pureza “eligen” los espíritus más puros del Árbol sagrado en forma de blancas, semitransparentes e innocuas medusillas volantes.

El gran problema en muchos seres humanos surge cuando para ascender del violento y competitivo estadio dominante de la egocéntrica conciencia III al más benévolo, integral, compasivo y post-convencional estadio IV, se nos exige atravesar una gran crisis personal, tanto a nivel físico como de conciencia, incluso experimentar una “muerte psicológica” como gran exigencia y crucial rito de paso. En este sentido, la psicología moderna nos ha enseñado que antes de renacer es necesario morir; pero de forma similar también sabemos, gracias a la psicología y filosofía iniciática, así como propuesta simbólica, mística y parabólica del Nuevo Testamento, que “el que quiera salvar la vida la perderá y el que la pierda la ganará”. Esa es la demanda, insoslayable, pero ahora también más comprensible, de la ceremonia de paso y gran prueba crítica, tal como le ocurre al héroe Jake Sully en la película. Todo ello refleja lo que es conocido como “la crisis del ego narcisista”, en la terminología de la Psicología Transpersonal.

Al ascenso hacia el despertar de una nueva conciencia, al que Jake Sully se refiere literalmente al principio de la película con un subliminal “en algún momento hay que despertar”, el malvado jefe de seguridad de la estación espacial “Puerta del Infierno” lo llama “traición a tu raza”. Desde ahora la inevitable guerra entre dos estadios de conciencia evolutivamente diferentes, y por ello psicológicamente confrontados, está servida. A partir de ese instante no hay vuelta atrás, se ha llegado a un punto de no-retorno. Desde ese momento, para volar en las naves espaciales sólo podremos utilizar VFR, por “visual flying rules”, o reglas de vuelo visual, o como nos lo traduce informalmente la piloto Trudi Chacón, vete por donde veas. El brusco cambio evolutivo que sufre desde ese momento la perspectiva vital de la conciencia del parapléjico Jake - junto con los bemoles que ha de tener todo aspirante a héroe para ascender de un estadio al otro -, hace que el soldado Sully nos imbuya, mientras se va imbuyendo a sí mismo sin darse cuenta, de algunos de los conceptos claves del Budismo, tales como la reencarnación, cuando dice: “Una vida acaba y otra comienza”, o, en el momento que su mente y espíritu van a trasferirse a los de su clon: “Será como volver a nacer”. Esto coincide a la perfección con la aseveración de Wilber para definir el concepto de “héroe”, de “sanador herido”, como “aquel que intenta saltar al próximo estadio de la conciencia”. Y es que todo viaje iniciático, por muy héroe que uno sea o se crea, es un ascenso muy difícil, peligroso y solitario hacia su cumbre. Por fin, en la escena final de “Avatar” se llega a una transmigración completa del espíritu o alma de Jake al de su Avatar. Jake, el ser humano, muere, dando su vida cual salvador de “la humanoidad Na’vi”, pero resucita, a modo del símbolo de la resurrección de Cristo o de una reencarnación búdica al lograr trasmigrar totalmente - ahora ya no depende de la máquina transportadora de su mente humana a la del Avatar Na’vi -, reviviendo autónomamente en su cuerpo clonado al abrir los ojos en el instante final, mientras su cuerpo humano yace inerte a su lado, muerto.

Desafortunadamente, la botánica Grace Augustine, interpretada por Sigourney Weaver, no consigue sobrevivir a sus heridas, pero su alma es integrada en el Árbol de los Antepasados-Árbol de las Almas, que está en íntimo contacto con la Diosa Madre Aiwa, y a través del que se manifiesta la trascendencia del espíritu. Y es que la sabiduría divina verdadera (mágica) siempre se nos ha mostrado escondida en un espléndido Árbol con un gran contenido simbólico colocado por la Divinidad en cualquier maravilloso Paraíso. En Pandora es el Árbol de las Almas de la Diosa matriarcal y en el mito de Edén es el Árbol de Dios Padre patriarcal (un Dios personal que los hombres interpretarán y al que darán vida como “un alguien” cada vez más sojuzgador, autoritario y hasta vengativo). Finalmente, al menos desde el punto de vista estético, los polvorientos escombros de la destrucción del matriarcal Árbol Madre en “Avatar” a algunos espectadores les han recordado a los del World Trade Center durante aquel maldito 11 de Septiembre de aquellas fálicas Torres Gemelas, hasta entonces símbolos del imperialismo, la fuerza, el poder y el dinero patriarcal. ¿Casualidad o guiño intencionado? Habrá que preguntárselo al director de la película.

Posteriormente, Jake se vinculará al Árbol sagrado para tratar de trasmitir sus oraciones y rogar por la protección del pueblo Na’vi a través de la intersección del alma o espíritu trascendido de la fallecida Grace con la deidad de la Madre Naturaleza Eywa. Jake pide ayuda al mimso tiempo que se reconoce como “el elegido de la Divinidad”. La conexión no es una falacia o invención, ni un primitivo vudú, se nos dice en el film mientras segumos luchando con las incómodas gafas de 3D.“¡Funciona!”. ¡Y vaya que si funciona!, añaden/añadimos algunos gnósticos. Un hecho que se demuestra o comprueba en el film cuando la princesa Neytiri grita exaltada y exultantemente a Jake:¡Eywa te ha oído”!”, al tiempo que todos los animales salvajes de Pandora se ponen de parte del pueblo en su batalla de Harmagedón contra “los demonios venidos del cielo”. Ahí, en las triunfantes y flotantes “Montañas Aleluya”, en cuyos parajes y cumbres tendrá lugar “la salvación” en una apocalíptica y milagrosa victoria final contra el Mal. Eywa, la deidad de la que Neytiri nos había dicho que “no toma partido, sino que sólo mantiene el equilibrio de la Naturaleza” (una Naturaleza deificada a lo Rousseau, aunque mejor a lo Goethe o a lo Lao Tse, por aquello de no caer en la famosa “Falacia Pre-Trans”), por fin se ha puesto del lado del Bien. El cuento de Hadas en el que el príncipe azul vence al Dragón y lo mata para liberar a la princesa de sus garras y luego casarse con ella, está llegando al final. Y colorín, colorado…

Aparte de la influencia que sobre el director de “Avatar”parece que hayan podido tener la sabiduría de los escritos antropológicos de un Mircea Eliade, en una reciente entrevista Cameron ha manifestado: “He procurado seguir la Biblia al pie de la letra”. ¡Evidentemente es así! Sólo hay que darse cuenta, ¡qué casualidad!, que en su revolucionaria, o mejor dicho, “evolucionaria” película, la estación espacial de los militares americanos se llame “La puerta del Infierno” (“Hell´s Gate”). ¿Y qué es lo único que se supone que puede salir de la puerta del infierno? Pues el Diablo, claro; en este caso con la forma de una aterradora nave nodriza comandada por el coronel Quaritch, junto con sus naves escoltas de ángeles caídos, una lanzadera curiosamente llamada “Dragón”. Otra “casualidad” ésta, si se tiene en cuenta que “dragón” es la palabra repetidamente empleada en la Biblia para definir al Diablo (“Fue arrojado el dragón grande, la antigua serpiente, llamada Diablo y Satanás, y fue precipitado a la tierra y sus ángeles fueron con él precipitados” (Apocalipsis 12:9). La Biblia también denomina al Diablo: “el Dragón escarlata venido del cielo” (Apocalipsis 12:3). Coinciden hasta los colores con el Gran Dragón que doma el clon Jake para dejar atrás y debajo suyo, o sea, superada, “la última sombra” que pudiera oscurecer su espíritu. La metáfora es que al montarlo y domeñarlo, Jake ha vencido, aunque todavía sólo interior y espiritualmente, al Diablo, al Maligno. Ahora es el Avatar elegido por la Providencia, y así se lo reconoce el clan Na´vi al retornar Jake con ellos.

Por fin el Bien ha vencido al Mal, al menos en el ficticio planeta Pandora. Pero por algo se empieza, no desesperemos. En un momento del film el Na’vi Jake había dicho a la diosa Ewya:“Yo soy el elegido”, otra conocida denominación de Cristo como elegido de Dios (o hijo simbólico). Así se constituirá, merced a la actividad mística de la Ley Natural (llámese el wu-wei taoísta o elèlan vital de Henri Bergson) en el redentor y salvador de la“humanoidad” Na’vi.

Es de esperar que el Avatar Jake y la conciencia Na’vi también contribuyan a corto-medio plazo a que esa humanidad en la que el hombre moderno del Mundo Feliz de Huxley ha perdido el alma, la compasión, la unidad, el respeto por el planeta, y en su ansia fáustica por dominar la siempre invencible naturaleza aun al precio de destruirla y destruirse a sí mismo, casi ha acabado con toda la vida en general, humana, animal y vegetal. “En la tierra han acabado con todo lo verde”, dirige un último mensaje “Avatar” a lo que queda de esa civilización occidental que se ha transformado en poco más que una “incivilización accidental”.“La humanidad tendrá lo que la humanidad merezca”, comenta al respecto el eco de las palabras de Albert Einstein desde el más allá, aunque él no creyera en eso, al menos en el plano personal. Al final, a los vencidos, humillados e inhumanos seres humanos de Pandora se les obliga a retornar, merecidamente vencidos a “su planeta moribundo”. Y es que ha sido la humanidad “civilizada”, en Oriente y Occidente, la que hace tiempo que ha abierto la mítica Caja de Pandora liberando todos los males y desgracias humanas: la avaricia, el crecimiento insostenible, el egoísmo y materialismo desenfrenados, la explotación, la pobreza, la polución, la vejez, la enfermedad, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, las tragedias ecológicas, la crueldad con los animales, la violencia política e interétnica, el crimen, etc. Todo, menos la esperanza. Aunque, tal vez, todavía no esté todo perdido. Tal vez aún tengamos una segunda oportunidad. Tal vez encontremos algún resquicio para salir de este creciente infierno. Tal vez...

© 2010, Salvador Harguindey


"EL HOMBRE DE HOY SIGUE SIENDO UN ESCLAVO"

"Abstracción". Fotografia de Joy

A sus 76 años, el psiquiatra chileno Claudio Naranjo es considerado como uno de los maestros contemporáneos en vida. Profesor de una docena de prestigiosas universidades de todo el mundo y doctor honoris causa por la italiana de Udine, es autor, entre otros ensayos, de Carácter y neurosis y Cambiar la educación para cambiar el mundo. También es el fundador del programa Searchers After Truth (SAT), orientado a promover el autoconocimiento y el desarrollo personal, integrando herramientas y disciplinas occidentales y orientales. Naranjo ha sido invitado recientemente por Esade para reflexionar sobre cómo impulsar una formación más humanista como respuesta a la deshumanización de las empresas y de la sociedad.

Pregunta. ¿Cómo es posible que se deshumanicen los seres humanos?

Respuesta. Cada ser humano cuenta con dos fuerzas antagónicas en su interior. Uno es el falso yo, más conocido como ego o personalidad, relacionado con la ignorancia, la inconsciencia, el egocentrismo, la insatisfacción y el miedo. El otro es el verdadero yo, nuestra verdadera esencia y que está conectado con la sabiduría, la consciencia, el bienestar y el amor incondicional. Cualquier persona que no esté en contacto con su esencia está en vías de deshumanizarse, pues poco a poco va olvidando y marginando sus verdaderos valores, lo que repercute en su forma de pensar, vivir y relacionarse con los demás.

P. ¿Cómo se sabe que una persona vive identificada con su ego?

R. Es fácil: en primer lugar, porque a pesar de hacer y tener de todo siente un vacío en su interior, como si le faltara algo esencial para vivir en paz. De tanto dolor acumulado, finalmente se desconecta de su verdadera humanidad. Desde el ego, las personas actúan movidas por el miedo y la necesidad de supervivencia física y emocional. Su objetivo es conseguir que la realidad se adapte a sus deseos, necesidades y expectativas egoístas, lo que les lleva a vivir una vida marcada por el sinsentido, el malestar y la necesidad constante de evasión y narcotización de sí mismos.

P. ¿Por qué prevalece la deshumanización de las empresas y de la sociedad?

R. Porque llevamos muchas décadas condicionando a los seres humanos con falsas creencias sobre quiénes son y cuál es su relación con el mundo. Debido a la ignorancia ha prevalecido el ego, desde el que se ha construido una sociedad competitiva, agresiva, avariciosa, superficial, insatisfecha, vacía y ambiciosa, que a su vez sigue condicionando a las nuevas generaciones para preservar el establishment.

P. ¿A qué se refiere?

R. El mundo se ha convertido en un negocio en manos de las grandes corporaciones. Debido al sistema monetario, todas las instituciones funcionan bajo un mismo principio creador: su propia supervivencia. Tanto los Gobiernos como las entidades financieras, las empresas y las instituciones religiosas, que tanta influencia tienen en la sociedad, están orientadas a optimizar sus recursos para tener el mayor lucro posible. El bienestar de la humanidad y del medio ambiente les trae sin cuidado porque no es rentable.

P. De ahí la dificultad de tener verdaderos líderes humanistas...

R. Exacto. A la maquinaria del sistema monetario sólo le interesa que las cosas sigan como están, incluyendo los 40 conflictos armados existentes hoy y que tanto dinero generan a la industria armamentística mundial. Por eso, líderes como los hermanos Kennedy, Gandhi, Luther King y tantos otros fueron asesinados. Los que tienen el poder tan sólo están interesados en continuar teniéndolo, y para eso necesitan seguir esclavizando a los pueblos por medio de la deuda y los intereses bancarios, que impiden que la humanidad salga de este círculo vicioso.

P. ¿Y cuál es su propuesta?

R. Un cambio radical en el proceso de formación humano. Ahora prevalece el condicionamiento egoico, que provoca que el hombre siga siendo un esclavo. En cambio, una educación basada en nuestra verdadera naturaleza potencia el desarrollo de nuestra conciencia, lo que nos libera de las falsas creencias acumuladas por el ego y que tanto limitan nuestra existencia. La crisis económica tan sólo pone de manifiesto nuestra crisis de conciencia. Es un indicador de que algo está funcionando muy mal.

P. Usted suele hablar de "la búsqueda de la verdad"...

R. Todos los grandes sabios de la humanidad, como Buda, Lao Tse, Jesucristo o Sócrates, han dicho lo mismo: el sentido de la vida es aprender a trascender nuestro egoísmo y egocentrismo para que podamos ver a los demás y al medio ambiente que nos rodea como parte de nosotros mismos. No existe la fragmentación, sólo la unidad: todos somos uno. Buscar la verdad implica cuestionar el condicionamiento sociocultural recibido para recuperar el contacto con nuestra verdadera naturaleza. No es ningún síntoma de inteligencia adaptarse a una sociedad como la actual, profundamente enferma. El líder que las empresas necesitan para mejorar la realidad debe ser, ante todo, un hombre consciente, libre y sabio. -


CLAUDIO NARANJO Psiquiatra, profesor y fundador del SAT

BORJA VILASECA 15/02/2009 elpais.com





APARTADO XI

Sin título. Acuarela 7,5x15

Treinta radios convergen en el centro
de una rueda,
pero es su vacío
lo que hace útil al carro.

Se moldea la arcilla para hacer la vasija,
pero de su vacío
depende el uso de la vasija.

Se abren puertas y ventanas
en los muros de una casa,
y es el vacío
lo que permite habitarla.

En el ser centramos nuestro interés
pero del no-ser depende la utilidad.

"Tao-Te-King". Lao-Tse


sábado, 27 de marzo de 2010


"EL HOMBRE PUEDE TRANSFORMAR SU PASADO"

Sin título. Dibujo acuarelado 15x20

"El hombre es milagroso en cuanto que puede transformar su pasado.

Algunos dicen "no se ocupen del pasado que el pasado ya no existe", pero el pasado está vivo, presente, doloroso, en cada una de nuestras células, frecuentemente, produciendo enfermedades. El problema del pasado es simplemente que haya pasado, que lo dejemos atrás como una estatua congelada. Pero al pasado hay que hacerlo presente vivo para transformar su historia, para leerlo en otro código, para interpretarlo en el código del amor, y, cuando interpretamos el pasado en el código del amor, nuestras heridas de la infancia se sanan. Y ahí nosotros somos los psicólogos, los psiquiatras, podemos sanar nuestra vida; todos estamos llenos de dolores, y a veces de dolores absurdos, que cargamos en la vida sin ni siquiera reconocer que existen...

La técnica respiratoria es muy importante, sobre todo la fase de pausa respiratoria, ¿por qué razón? Porque cuando tú respiras lentamente y haces una pausa en la inspiración, la energía del inconsciente y el subconsciente sale a flote, es decir se pregunta ¿que pasa aquí que no están respirando? En ese momento el inconsciente hace aflorar a la consciencia una parte a la que no habíamos tenido acceso, de la que éramos víctimas pero que no habíamos reconocido nunca en la vida, y en ese momento podemos dialogar con el subconsciente y podemos sacar nuestras heridas más profundas. Cuando hacemos eso podemos ir más lejos, así es como actuamos para la autosanación.

Yo puedo decirme, por ejemplo, ¿de dónde viene esta alergia?, si tengo una alergia y quiero librarme de ella. La alergia es algo que rechazo, un virus, una bacteria, un hongo, el frío, el calor, pero eso no es del todo cierto, eso es quedarnos muy cortos. No hay personas que sean alérgicas sólo al frío, las personas alérgicas al frío también tienen miedo a la soledad, tienen miedo al frío del alma, al frío en los sentimientos, a la frialdad del papá o de la mamá, al desafecto, es decir, el frío es simplemente un símbolo. Cuando yo soy alérgico a algo, hay algo que rechazo o que temo.

Entonces si quiero cambiar mi alergia, reconozco mi alergia. Si sé que no reconozco mi alergia porque me hace sentir vergüenza, entonces trabajo con la vergüenza: ¿que cosas en la vida me evocan vergüenza? Luego experimento el sentimiento de la vergüenza y veo como experimento la vergüenza, a veces me pongo pálido y frío, otras veces me pongo rojo como un tomate, otra lo experimento como un vacío o como un hueco a nivel del plexo solar, la puedo experimentar de muchas maneras. Dónde y cómo experimento la alergia, me da una idea de la parte de mi energía que está comprometida. Vamos a ver otro sentimiento, el miedo, yo diría que la mitad de nuestros lumbagos son por miedo.

El miedo provoca más lumbago que todas las hernias discales, todos los problemas articulares, todos los problemas de columna, porque el temor hace que metamos, literalmente, el rabo entre las patas, cerramos el esfínter anal interno, a ese nivel, hay un centro de energía muy importante y, nos cerramos a la vida, contraemos toda la musculatura lumbosacra, esa parte queda mal irrigada y nos dan unos lumbagos terribles, y ese lumbago es el nombre clínico del miedo.

Si logro reconocer el núcleo del miedo, si logro observar mi cuerpo y veo que tengo los glúteos y toda esta parte contraída, si logro respirar hacia esa zona y liberar el sentimiento del miedo, y llamar al miedo y decirle "tú eres la mejor parte de mi mismo, cuando asciendes y te revelas, eres mi prudencia, ya no eres miedo, sino que eres prudencia, eres parte de mi amor también". Cuando yo, a través de la respiración, logro ascender esa energía del miedo, y logro trasmutarla al altar del corazón, que es donde realmente nace el hombre que puede sanarse y puede sanar la vida, entonces desaparece el lumbago.

Mi resentimiento, mi odio, frecuentemente, está anclado en mis articulaciones. Yo estoy así totalmente rígido. A veces, con el puño apretado en la noche, inconscientemente, dispuesto a pegar y a agredir. Pues bien, ese dolor articular, es resentimiento congelado en esa parte del cuerpo.

Si logro experimentar ese dolor y asociarlo a mi sentimiento de ira y a mi resentimiento, y logro comprender que mi resentimiento es algo que se construye en el plexo solar, que bloquea la energía aquí y no permite a la energía acceder a mi corazón, ni a mi sistema inmune, puedo hacer mucho más que el reumatólogo, o puedo ayudarle mucho, para curar y sanar mi artritis, y yo soy responsable, no tengo que esperar que el reumatólogo me resuelva el problema.

La enfermedad es mi problema, no es el problema del médico, es mi responsabilidad, yo también tengo que ver con eso. La medicina no puede ser el arte de pasarle la pelota al médico, porque le pagamos.

La nueva medicina de la consciencia, es el arte de responsabilizarnos de nuestra vida, y de descubrir que realmente podemos hacer mucho por nuestra vida.

Frecuentemente, vemos que una persona con un cáncer ha tenido un shock, o una pérdida afectiva muy grande. Si una pérdida afectiva le produce un vacío existencial de tal dimensión que se vuelve un vacío de energía, y permite que las células degeneradas puedan invadirle, es porque estaba apegado, ese es el problema del apego que yo debo reconocer.

Si alguien se va y yo lo vivo desde el amor, desde el desapego, sé que su consciencia está conmigo, lo dejo partir no lo amarro. Muchas veces, vemos a alguien al que se le muere el papá o la mamá pero no lo deja partir, eso es literalmente cierto, se queda con parte de su energía anclada al plexo solar. Esa anclada energética puede crear crisis de pánico, de hipertensión, cosas violentas en la clínica. Si nosotros logramos que la persona se sane, es su alma la que lo sana.

El sanador no lo hace por el paciente, yo como sanador soy un imán que le doy la carga que su alma necesita, realmente, la sanación es rescatar la autonomía, la autogestión, y la libertad del otro, para sanarse.

La verdadera sanación es darte las herramientas para que tú, desde tu consciencia, te sanes, no desde tu consciencia racional, sino desde tu sentimiento, desde tu amor, desde tu afecto.

Frecuentemente cuando uno está haciendo una sanación, ve que la persona, aunque no le haya dicho ni una palabra, empieza a llorar y a sacar su resentimiento, y luego siente una sensación de paz, que no es mi paz, es su paz, es la paz de Cristo que también habita en la persona que está siendo sanada. La paz está ahí, ha estado siempre ahí, es parte de nuestra esencia, se trata simplemente de quitar todos aquellos apegos, aversiones, sentimientos, separatismos, toda aquella capa de ignorancia, para que la paz se revele tal cual es, y cuando la paz se revela, germina el amor, y cuando germina el amor la sanación es posible, aunque lo que tenga sea un cáncer, o un lupus.

Pero no te culpes si no lo logras, porque tú participas también en los problemas genéticos de la herencia, de la humanidad como grupo. Esto no es para creerse superman, uno puede ser muy orgulloso y decirse "estoy triste porque no me curé el cáncer", eso no es un fracaso, el cáncer es un maestro, a veces aprendemos la lección en una ocasión, otras veces necesitamos diez oportunidades, y otras necesitamos cien vidas tal vez, pero lo importante es aprender la lección.

Uno no aprende medicina de un día para otro, hay lecciones supremamente complicadas y difíciles.

También nos diplomamos o nos especializamos en el alma, cuanto más grande sea el desafío, más grande es la oportunidad de crecimiento. Yo solo les he puesto un ejemplo de cómo podemos retomar nuestras emociones, identificar nuestras emociones, aceptarlas, no seguir huyendo de ellas, y así poder transmutarlas.

Pero una vez que sentimos la emoción, hay una pregunta fundamental ¿cuál es la lección que hay debajo de esta emoción negativa? ¿Cuál era el mensaje, qué me quería decir esta actitud y esta enfermedad? Cuando yo no digo NO, en la vida, termino resentido y con ira, pero la ira no es el problema, la ira me está diciendo que hay que aprender a reafirmarme diciendo NO.

La ira es la mejor estrategia de autoafirmación. Cuando yo manifiesto la ira y la transmuto, esa ira se vuelve sanadora, es lo mejor de mi fuerza, mi ira barre y limpia la casa y hace las cosas más rápidamente, ustedes han visto a un ama de casa que en su ira revolotea y el almuerzo está hecho a las diez de la mañana.

Yo sabía cuando mi mamá estaba iracunda, porque a las diez de la mañana mi casa estaba como un espejo. Es así, la ira es una forma de energía que se puede transmutar físicamente, el hecho de que la transmutemos físicamente, no resuelve la fuente de la ira, la fuente de la ira es la necesidad de autoafirmarse, y la necesidad de autoafirmarse es la necesidad de renunciar a la falsa complacencia.

Crecer espiritualmente no es decirle que sí a todo el mundo. El crecimiento espiritual no tiene nada que ver con la bobada, perdónenme la expresión, pero ser espiritual no es ser bobo, y ser tolerante no es ser bobo, la tolerancia no excluye la autoafirmación.

La autoafirmación es condición del crecimiento espiritual. Así que yo tengo que descubrir la lección, debajo del evento negativo, porque el evento negativo no es sino la apariencia, la sombra. Pero esa sombra cuando la quito abre una puerta luz, una lección que yo puedo aprender en mi vida."

Dr. Jorge Carvajal Posada